miércoles, 31 de diciembre de 2008

EL SINDROME DE CASANDRA

En la mitología griega se menciona a una troyana, conocida también como Alejandra, la cual recibió del dios Apolo el don de la profecía a cambio de sus favores. Por esas veleidades desconcertantes de las féminas, esta se negó a cumplir con el pacto. Como castigo, el dios enojado la condenó a que sus predicciones, aunque ciertas, no serian creídas por nadie. En la actualidad, se usa esta figura para designar a los pesimistas que anuncian desgracias, que aun siendo ciertas, nadie cree. Recordando este mito, en el marco de la situación financiera y socioeconómica mundial y de la grave realidad de nuestro país, Casandra vuelve por sus fueros. Los mas acuciosos analistas de distintas especialidades, dentro de los que destacan economistas, sociólogos e historiadores han delineado la caótica situación que se avecina tanto desde el punto de vista de la escasez de recursos fiscales, exagerado gasto público con el consiguiente déficit fiscal, inseguridad personal, alta criminalidad y las potenciales y explosivas respuestas de agitación e inconformidad social.

Este retrato de la situación requeriría una acción coordinada de todos los sectores (gobierno, sociedad civil y demás instituciones) para aminorar el impacto de una situación alarmantemente crítica y casi inmediata. Sin embargo, nos preparamos para una nueva contienda electoral, cuya dudosa legalidad no ha sido suficientemente expuesta. La dirigencia nacional sigue distraída en el juego político sin atender lo que en última instancia marcará el derrotero que como país nos aproxima al despeñadero. Los estudios, advertencias y alarmas activadas no son atendidos y al final, el impacto será para las grandes mayorías. La anarquía en los proyectos públicos, los planes faraónicos y el uso desmedido de la discrecionalidad sin cortapisas, se une a descaradas y no denunciadas persecuciones en torpes maniobras que evidencia la única ansia que poseen: la perpetuación de un poder omnímodo. Pero lo irónico y trágico de todo este escenario es que se busca una hegemonía sobre las ruinas, el reparto de un botín esmirriado y con una inestabilidad que angustia.

Todo lo dicho calza dentro de lo que se denomina el síndrome de Casandra, donde todas las tragedias anunciadas no son creídas o por lo menos atendidas por nadie con capacidad de influencia y decisión. Y lo cumbre de todo el asunto es que son ciertas.

sábado, 8 de noviembre de 2008

LA NECESIDAD DE UN NUEVO CONCEPTO DE SEGURIDAD RAZONABLE

Preámbulo

La profesión contable ha asumido en los últimos años el reto impostergable de unificar los criterios normativos que configuran su actividad cognitiva y especializada. Después de profundos retos, debates, negociaciones, estudios y acuerdos, comienza a vislumbrarse un cuerpo doctrinario que pretende ser único y universal. Aun cuando pudieran parecer tautológicos estos dos últimos términos, es preciso afirmar que no es más que mera apariencia. Un cuerpo único de normas ha sido la tendencia permanente de la Contaduría Pública desde sus inicios como profesión. Si bien la base estaba siempre impregnada de lo “generalmente aceptado”, es obligatorio decir que en cada región y/o país se interpretaban estas normas dentro de contextos diferentes, no solo desde la óptica económica y financiera sino también con efectos de origen socio-cultural e incluso político. La firme acción universalizadora o global es producto de los últimos diez años; teniendo como escenario la marcada expresión de una globalización tecnológica y financiera que hacían obsoletos los reducidos marcos de interpretación y aplicación local. Adicionalmente a todo este estado de situación, la complejización de las actividades financieras y económicas exigía y siguen exigiendo del profesional de la Contaduría Publica un bagaje técnico y multidisciplinario que lo obligan a accionar sobre bases sólidas y uniformes.

Como telón de fondo, la crisis que se originó con la caída del Banco Ambrosiano y los manejos de los pactos de recompra de bonos del Tesoro por los grandes bancos norteamericano (Citibank, Chase Manhattan Bank) en la década de los ochenta del siglo pasado, la explosión de la burbuja tecnológica y la debacle de las empresas energéticas como la Enron y WordCom a inicios de este siglo; habían acelerado de manera urgente la necesaria reforma. En este escenario, la credibilidad de los mercados, la competencia y diligencia de grandes firmas de auditoria y el liberalismo como filosofía económica del sistema se vieron seria y profundamente cuestionadas. No había terminado de asumirse el costo financiero y psicológico de estas últimas debacles cuando sobrevino el desfalco de la empresa láctea Parmalat y las manipulaciones contables de las reservas de existencias de crudo de la Shell y la puesta en duda de los reportes financieros que soportaban el andamiaje económico de estas corporaciones. La actividad de auditoria, herida por la acción negligente de algunos miembros principales del staff de la Arthur Andersen, firma centenaria en la práctica profesional, sirvió de “chivo expiatorio” sobre la que se aplicaron medidas coercitivas, sancionatorias y de leyes draconianas que regulan desde ese momento, la profesión en los Estados Unidos y por derivación de las relaciones corporativas, en un amplio ámbito de la geografía mundial.

La promulgación de la Ley Sabarnes-Oxley cuyo objetivo se dirige a mejorar la información publica de las empresas que cotizan en la bolsa de valores, aumentar la supervisión de las empresas auditoras y penalizar de manera significativa el incumplimiento de normas por parte de estas implica una grave presunción: La responsabilidad es única y absolutamente del auditor. Dicho de manera llana, se castiga al mensajero, que por muy deficiente que pueda ser la labor puntual de este, no deja de ser el mensajero. Es una puesta en duda de la piedra angular de la profesión lo que obliga a dilucidar la verdad de los hechos y a rescatar de manera transparente el necesario requisito de fe pública en la cual se fundamenta. Es en este paisaje difícil y árido en el cual se viene encima la crisis financiera global.

Entre la teoría y la práctica

Una de las diferentes maneras mediante las cuales los bancos centrales regulan la masa monetaria consiste en colocar por venta, bonos de deuda pública o bonos del Tesoro. De esta manera, sustrae circulante del sistema y contrae la oferta de dinero. Estos bonos en teoría, se inmovilizan durante el periodo de su vigencia, la cual está dada por las políticas monetarias necesarias en cada momento particular. Con ello se regula el comportamiento de la inflación y se pretende disminuir la afluencia de crédito sobre bases inmateriales. En la práctica, y específicamente en la década de los ochenta, agentes de cambio y bolsa, entregaban las obligaciones a un Banco y con el adelanto obtenido por esas garantías otorgadas, sin perder los intereses de los mencionados bonos, realizaban operaciones especulativas en el mercado y de esta manera burlaban los intentos del gobierno de controlar la oferta de dinero de la Nación. Esta es una pista a modo de recuerdo histórico.

En el marco de la crisis financiera global actual vale la pena otra muestra. La filosofía de un libre mercado donde las aspiraciones personales están unidas a la competitividad y a estándares de vida regulados por el consumismo crea el caldo de cultivo para la búsqueda del éxito a cualquier costo. Las actividades bancarias son la columna vertebral que motoriza el crédito. Pero el acceso al crédito tiene condiciones restrictivas que los limita a la capacidad de pago. Esto nuevamente nos sumerge en el ejercicio teórico. Pero en la práctica, la observancia de estos principios reduce los márgenes de ganancia al no poder colocar más dinero y por razones obvias merman los ingresos por intereses. Esto llevó a los bancos a crear “nuevos productos” dentro de los que está los préstamos a clientes con alto riesgo de insolvencia, por carecer estos de ingresos fijos y sin grandes propiedades distintas a las casas de habitación. La garantía del préstamo se constituía con hipotecas titularizables en bonos y con los limites de tarjetas de crédito. Los bonos así originados servían de fundamento para la creación de una gigantesca “bola de nieve crediticia”, cuyas consecuencias se reflejan hoy en la insolvencia manifiesta de los deudores y la consabida caída de los acreedores. Es obligatorio mencionar que, por los servicios ejecutivos, los más altos gerentes de las instituciones crediticias recibían grandes emolumentos por su “eficiente y creativa labor”. Esta es, en una muy forzada y simplista síntesis, una muestra de las prácticas que han conducido a esta situación de cisma.

Es pertinente preguntar ¿Es responsabilidad de los auditores externos? ¿Dónde figuran la acción gubernamental y la supervisión estricta del Estado como garante del sistema? ¿Dónde quedan los discurso éticos y toda la profusa literatura de la responsabilidad social del la empresa? Estas y otras formulaciones pudieran hacerse para rescatar la honorabilidad de una importantísima profesión que debe garantizar la razonabilidad de la información financiera con el uso y puesta en práctica de normas internacionales de auditoria con carácter global.

Las Normas Internacionales de Auditoria y las NIIF

Uno de las innovaciones contenidas en las normas internacionales de auditoria radica en la importancia relevante de la planificación. El conocimiento del cliente en su contexto de industria o sector, el riesgo profesional, los riesgos propios de auditoria (tanto inherentes como de control y los riesgos de servicio al cliente tienen que ser debidamente evaluados a fin de determinar la idoneidad del cliente. El precepto de asesoría cambia y es preciso extremar la búsqueda de potenciales fraudes o manejos poco ortodoxos que obliguen a cuidar el buen nombre del auditor y en última instancia el definitivo rechazo del cliente.

En otro orden de ideas, la evaluación del control interno obliga a determinar una estructura conceptual integrada que contemple los elementos de a.) ambiente de control interno en cuanto a identificación con la empresa y valores éticos de la gerencia en el ejercicio de sus funciones, b.) evaluación de los riesgos tanto internos como externos, a fin de asegurar que existe suficiente garantía de la empresa en marcha, c.) existencia de actividades de control tales como segregación de funciones incompatibles, aseguramiento de personal que maneje bienes sensibles, garantía de registros oportunos y verificación de conciliaciones entre auxiliares y mayores, d.) flujos de información y existencia de reportes adecuados a las necesidades de los niveles operativos de la empresa y por último e.) existencia de procesos de seguimiento en tiempo real que garanticen el ajuste del sistema a los cambios operados en cuanto al volumen y naturaleza del negocio.

En el marco de las Normas Internacionales de Información Financiera, el auditor debe aplicar procedimientos que le permitan reconocer y opinar sobre los requerimientos de activos y pasivos que deben estar presentes en el estado de situación tales como: planes de pensión con beneficios establecidos, impuestos diferidos, provisiones respaldadas por cláusulas legales o contractuales, instrumentos financieros derivados o derivativos, tales como opciones, futuros, swaps, forward, etc. En el caso de este tipo de instrumentos deben extremarse las precauciones por cuanto su garantia representada por activos subyacentes pueden limitar la capacidad de realización o su conversión liquida en el mercado secundario. Es preciso indicar que la actual crisis tuvo como antecedentes muy ilustrativos, los manejos y posterior quiebra del BeringsBank de Londres. Asimismo debe lograr el reconocimiento de los activos intangibles adquiridos de terceros por la empresa auditada. Tambien debe verificar los pagos hechos mediante acciones y opciones sobre estas acciones de acuerdo a lo establecido en la NIIF Nº 2.

Como contrapartida a lo expresado en el párrafo precedente, el auditor debe verificar la exclusión del balance general de partidas tales como las siguiente: provisiones sin respaldo de cláusulas legales o contractuales, las reservas para contingencias o de carácter general sin ningún respaldo estatutario o legal, los activos intangibles creados por la empresa, definidos en la NIC 38 y los activos originados por impuestos diferidos y constituidos por partidas de carácter permanente e irrecuperables para fines fiscales.

En cuanto al objetivo de auditoria de la revelación suficiente y en concordancia con las Normas Internacionales de Información Financiera, el auditor debe verificar la presentación de las inversiones en instrumentos derivativos da acuerdo a lo establecido en la NIC 39, reclasificar cualquier tipo de activo compensados y que no cumplan con lo establecido con las pautas de compensación establecidos en las NIIF así también como la reclasificación de los activos a largo plazo destinados para la venta.

De manera sucinta, son estos algunos de los tópicos más importantes incorporados por las NIIF, y que en última instancia, requerirían procesos de adopción que como condición previa suponen el manejo por parte del Contador Público, del conocimiento a profundidad de estas normativas.

El nuevo concepto de seguridad razonable

La formación académica del Contador Público, no solo en Venezuela sino también en los distintos países que, pedantemente pudiésemos decir, forman parte de la cultura occidental se fundamenta en el concepto de empresa con fines de lucro. Independientemente del contenido gubernamental y de administración pública de algunas asignaturas, la esencia medular descansa en este precepto. Pueden argumentarse indistintas posiciones, tanto ideológicas como políticas; pero en último análisis es conveniente asumir que cualquier revisión de los conceptos hasta ahora manejados aconsejan ampliar el alcance del solo lucro. Es obvio que pueden hilvanarse figuras discursivas elegantes e filosóficamente fundadas, pero al final, la garantia de permanencia de una empresa, es el retorno y reinversión de su excedente. Aparte de las características de propiedad, si una empresa no rinde frutos se descapitaliza. De ahí surge una visión de mayor alcance, tal como lo sostiene Lipovetsky cuando afirma que “los sustentadores de la responsabilidad moral de la empresa han desarrollado la idea de que la empresa tenía obligaciones no solo hacia sus accionistas sino hacia la colectividad en su conjunto. La empresa debe buscar satisfacer las esperas y demandas legitimas de la sociedad, ya sea en un debate con grupos de presión, o por si misma, desde el momento en que determinados problemas críticos están identificados (productos nocivos, discriminaciones sociales, medio ambiente). (Pg. 254).

Queda pues en evidencia que la seguridad, en sentido amplio, de viabilidad económica, de utilidad social y de contribución a la realización colectiva no debe estrecharse en los cortos limites de su instrumentación especulativa. Es necesario extender el cognomento de seguridad hacia investigaciones discursivas que comprometan a la empresa a un servicio que no se quede solo en la rentabilidad, la cual no puede ser obviada, pero si complementada hacia una garantia de utilidad pública. Y esto implica que el alcance y responsabilidad del auditor se incrementarían en grado sumo, ya que no trataría solo de emitir una opinión sobre la razonabilidad de las cifras, sino que buscaría dar fe de la seguridad razonable de la empresa en cuanto insertada en este nuevo contructo. El espacio limitado de este trabajo solo permite esbozar las líneas gruesas de una investigación que apenas estamos iniciando, pero que involucra una transdiciplinariedad y una revisión de carácter mucho más amplio que obligan a revisiones de carácter ético, filosófico, social y político. El reto está planteado







REFERENCIAS CONSULTADAS
Lipovetsky, Gilles (1994). El crepúsculo del deber. Editorial Anagrama. Barcelona.
España.
International Accounting Standars Board (2006) Normas Internacionales de Contabilidad.
Editorial Cisspraxis. Madrid. España.
Lernoux, Penny (2007). Esos bancos en los que confiamos. Editorial Plaza&Janez.
Barcelona. España.
Mantilla, Samuel (1999). Control interno de los nuevos instrumentos financieros. Editorial
Ecoe. Bogotá. Colombia.
Instituto Mexicano de Contadores Públicos (2003). Normas Internacionales de Auditoria.
Editorial IMCP. Mexico.
Espiñeira, Sheldon y Asociados (2006). Adopción de las NIIF. Editorial Espiñeira, Sheldon
y Asociados. Caracas. Venezuela.

jueves, 25 de septiembre de 2008

MÓVILES Y PRETEXTOS

Cualquier cambio que involucre la defenestración de un poder constituido corre el riesgo de la desfiguración de su esencia. . Su fracaso lo condenará a cualquier descalificación y en última instancia, lo destruirá. Ahí radica la utilización contraproducente de un discurso políticamente correcto para las masas y de una agenda oculta o clandestina, que es la verdadera intención de la sedición. Es la adecuación histórica del discurso lo que hace estéril la ideología. La ambivalencia, o mejor aun, la antinomia entre ambos se hace insostenible en el tiempo. Tal como lo afirmara Unamuno (1984) “los que creemos móviles de nuestra conducta no suelen ser sino pretextos”.

Esta aseveración no solo aplica a cambios sistémicos, sino que opera también hacia adentro de los procesos sociopolíticos. Las crisis financieras y sociales son explicadas por problemas de crédito, de mercado o de supuestas o reales conspiraciones de oposición, comportamientos desviados, etc. cuando lo que revela la procesión de desencantos es que las causas eficientes se encuentran en explicaciones más pedestres. La actual crisis que se abate sobre la economía global ha sido explicada mediante sesudos análisis macroeconómicos donde el abuso de los instrumentos hipotecarios, el apalancamiento exagerado y la ambición bancaria por especulaciones lucrativas han sido los más usados como argumentos de base. Sin obviar la participación de estos en el agravamiento de la crisis, el principal causante de los graves efectos que aquejan a la economía no ha sido mencionado. Permanece y pertenece en la ecuación antinómica, a la agenda oculta. No es más que la escalada en el inorgánico, aberrante e inmoral gasto militar. El armamentismo que se justificó durante los años de la guerra fría como necesario para enfrentar el “diabólico comunismo” tiene hoy el argumento que lleva aparejado la política de la supuesta lucha contra el terrorismo o la filosofía del “ataque preventivo” que se ha convertido en el discurso oficial de Occidente. La madre de todas las crisis del sistema financiero mundial no es ni por casualidad producto del azar cíclico del sistema, en la tradición de la explicación de la economía clásica. La constitución del estado policial y guerrerista es epitome de una nueva realidad cuyos principales derroteros no se han vislumbrado en toda su expresión, pero todo hace augurar que tendrá ribetes de una monumental tragedia.

Citas: Unamuno, Miguel (1984). "Sobre el sentimiento trágico de la vida". Editorial Orbis. Barcelona. España

sábado, 16 de agosto de 2008

DECISION EJECUTIVA

La posibilidad, casi convertida en hecho, de la nacionalización del Banco de Venezuela ha sido percibida en las primeras de cambio, como una concreción de la política manifiesta del Gobierno Nacional de estatizar la banca. Todos los indicios apuntan hacia ese derrotero. Sin embargo, es preciso saber que no es, por lo menos en este caso, una decisión tan soberana. El Grupo Santander está ubicado entre los cinco primeros puestos de los consorcios financieros mas poderosos del mundo y en el año 2007 fue catalogado como el banco mejor gestionado del sistema financiero global, por encima de los tradicionales bancos norteamericanos, suizos y británicos. Uno de los criterios considerados fue el hecho del mantenimiento de la alta tasa de utilidad, aun cuando prácticamente todos los demás bancos pasaban por los coletazos de la crisis del mercado subprime que abatió al sector inmobiliario norteamericano, con efectos críticos en todo el sistema financiero mundial.

Dentro de la estrategia de gestión de este grupo español está la expansión de su presencia en el mercado europeo mediante la adquisición de Allience&Leicester de Gran Bretaña en una operación que excede los 1.500 millones de dolares y la posibilidad de compra del Dresdner Bank. Esto, evidentemente genera necesidad de flujos de caja impresionantes para hacer frente a estas operaciones. En este sentido, ya desde hace dos años, Emilio Botín, dueño mayoritario del grupo Santander, había asomado la posibilidad de vender activos en los mercados riesgosos e inestables (léase Venezuela y Argentina). En el caso local, se filtró la oferta que habían hecho los accionistas de Banco Occidental de Descuento para adquirir el banco de Venezuela. Está ofertada fue vetada por el presidente de la República y un día antes del anuncio por parte del presidente de nacionalizar el banco, el Grupo Santander emitió bonos por 2000 millones de euros. De esto se desprende que la estrategia de buscar liquidez por parte del Grupo se coronaría con éxito al desprenderse del banco en Venezuela.

Independientemente de la intención del Gobierno Nacional de continuar con una posible estatización de la banca, los beneficios del Santander están a buen resguardo

jueves, 7 de agosto de 2008

CAMINOS DE OSCURIDAD

En el año de 1991 se destapó un escándalo de imperecederas consecuencias en la estructura financiera mundial y en la credibilidad de los órganos contralores tanto públicos como privados. El Banco de Crédito Comercial Internacional (BCCI) se declaró en quiebra. Alrededor de trece mil millones de dólares habían desaparecido. Las firmas de auditoria Price Waterhouse y Ernest and Young, encargadas en los años precedentes a la debacle, de la revisión de dicho banco fueron demandadas por los acreedores por un monto cercano a los once mil millones de dólares. Previamente se había vivido la caída de Banco Ambrosiano, ligado con las finanzas del Vaticano y donde el hueco fue de más de mil millones de dólares. Posteriormente hubo el fracaso de otros bancos, tales como los ocurridos en Venezuela, con el Banco Latino como principal protagonista seguido por una cincuentena de instituciones financieras. Estos son un mínimo ejemplo de los hechos de corrupción que se han revelado y que reflejan los comportamientos sintomáticos de entes económicos donde el poder y la riqueza se apareja con el delito. Lo notable es que este tipo de organizaciones están sujetas a numerosos mecanismos de vigilancia y aun así se presentan estos bochornos hechos.

¿Qué sucede cuando no existan los mencionados mecanismos de control? Cuando un ente es manejado a discrecionalidad por un gobierno o sus delegados, no hay ninguna garantía de transparencia. Aunado a esto, en un marco jurídico incierto, donde existen contradicciones doctrinales entre la Carta Magna y las leyes instrumentadas vía ejecutiva, y entre cantos y media noche se impone una reforma previamente rechazada por la mayoría. El futuro del sistema financiero en esas condiciones es un garantizado camino a la bancarrota y a la convulsión económico-social. Dentro de este marco, seria previsible la reacción de los ciudadanos para advertir del mal camino elegido. Pero no hay respuesta. Por un lado, los lideres opositores embarcados en una campaña electoral donde cualquier victoria será pírrica, en caso de poder llamarse victoria, y por otro lado los seguidores gubernamentales inocentes narcotizados por ideologías decimonónicas y totalitarias; y los no tan inocentes miembros de la nueva elite del gobierno, ocupados en el reparto y disfrute del Festín de Baltasar.

No hay finales felices sin el trabajo creador, la educación critica, la libertad de conciencia y la acción honesta y sincera en búsqueda de caminos donde quepan todos. La retaliación, la venganza y el crimen ni siquiera garantizaron el éxito de las familias mafiosas del crimen organizado. Jamás podrán constituirse en una ideología política para todo un pueblo

martes, 22 de julio de 2008

LOS COSTOS OCULTOS DE LAS UTOPIAS

En todo el bagaje de explicaciones que pretenden instaurar una cosmovisión “novedosa” o revolucionaria, además de la presunción de la funcionabilidad económica (que parte de errores comprobados en los intentos fallidos) hay una aun más dramáticamente grave: “los nuevos hombres y mujeres” revolucionarios no tienen vicios, ni herencias del viejo sistema. Una increíble metamorfosis se produce por obra y gracia de la asunción revolucionaria. Son impolutos, son en definitiva, agentes inmaculados del cambio. El poder no los afecta, su desprendimiento para lograr “la mayor suma de felicidad posible” los hace actuar en beneficios de todos. De todos los que queden vivos. Y esos que queden, vivirán en una democracia, una del tipo definida por una conseja parecida a “todas las decisiones se adoptaran democráticamente por el líder máximo, y quien no este de acuerdo será ejecutado” (1)

Dentro de esta lógica, la figura del Estado, que en la teoría clásica marxista tiende a desaparecer (en la teoría solamente) adquiere una connotación diferente. Es un Megaestado que todo lo rige, todo lo controla y es el que administra la felicidad y la verdad. En una frase “la sociedad sin clases” estará regida por un Estado corporativo al estilo de Mousolinni: “Todo dentro del Estado, nada fuera del Estado”

Es un tanto triste ocuparse de estos temas que pueden sonar baladíes y demodé, mas aun cuando el mundo marcha en la búsqueda de una emancipación que supere las miserias del capitalismo y del socialismo totalitario. Sin embargo todo indica que la principal cuestión y raíz económica del problema no ha sido visualizada y menos aun introyectada por los nuevos héroes: El intercambio de bienes y su precio no se basa únicamente en el trabajo contenido en su elaboración (tanto físico como intelectual). Se fundamenta en la escasez, la cual genera sus grados de valor. Un vaso de agua fría no cuesta lo mismo en el Salto de la Llovizna que en el desierto del Sahara. Estas cuestiones elementales llevan a las mas extremas de las barbaries genocidas en nombre de mundos mejores.

Si las propuestas de cambios políticos y sociales no escatiman en los costos humanos, menos, mucho menos va a parar mientes en la factibilidad económica de sus propuestas. Al fin y al cabo, tal como lo sostiene Desiato “las revoluciones, al igual que las iglesias, en lugar de educar políticamente (y socialmente, agregamos nosotros) suelen adoctrinar con sus ideologías, con sus normas positivas que no deben ser discutidas sino obedecidas sobre la base de la creencia que la revolución es portadora de la verdad misma. Así, bien pronto, la participación y el protagonismo desaparecen para dar lugar a la repetición de conductas y pensamientos prefabricados por el partido único, su “comité central” o su líder” (2). Hay un mar de fondo que suele ser obviado, independientemente de las argumentaciones que se esgriman o se acepten. ¿Y si estuviésemos equivocados, si en el “supuesto negado” de que “nuestra revolución” no sea el camino que nos conduzca a la sociedad soñada, como justificamos o rehacemos la vida de los caídos en el Altar de la Patria, en la Vorágine de la Revolución, en la “Lucha de la Causa Justa” o con cualquier otro nombre estólido con el cual se quiera justificar la masacre. Esto solo se puede decir con una frase necia: No hay felicidad cuando se está muerto.


Notas:
(1) Paráfrasis de palabras emitidas por el venezolano Ilich Ramírez Sánchez, según la versión de David Yalop. “Hasta los confines del mundo”. Editorial Planeta. 1995. España.
(2) Desiato, M. (febrero, 17 de 2007). El fracaso de las revoluciones. Diario El Nacional. Pg. A-6. Caracas.

martes, 1 de julio de 2008

EL MIEDO A LAS ETIQUETAS

La manía de inventar palabras para llenar un discurso que por anacrónico e insostenible, parece ser la moda de los autodenominados inteligencia. “Cambio epocal”, “crisis cilivizacional” y otras monsergas por el estilo adornan a los anteriores marxistas leninistas devenidos en socialistas bolivarianos o con mayor elegancia, en postmodernos de “izquierda”. Y aquí radica la peor de las situaciones. El miedo a las etiquetas. Los que alguna vez albergaron (¿o albergamos?) honestamente la esperanza del cambio revolucionario, del vuelco de una sociedad esencialmente injusta y explotadora por otra solidaria e igualitaria en oportunidades, se encuentran en una encrucijada nefasta. Si reniegan de su fracasado sueño, son de “derecha”, vendidos al imperialismo. Pero si se mantienen en la vieja ideología retrasada y errónea, se saben momias políticas y negadoras de la esencialmente totalitaria aventura. La única opción es la de los “discurseadores de oficio”, los impolutos, los puros, los portadores; antes del dogma ortodoxo; hoy del verdadero camino libre de desvíos y una vez corregida la herejía de los antiguos padres (Lenin, Mao, Stalin). Esta agrupación de intelectuales que lanzan sus dardos gramaticales, por ratos contra el gobierno y otros contra la revolución (¿o es lo mismo?), siempre contra el imperialismo, han medrado oportunamente a la sombra del poder de turno, criticándolo o loándolo. Lo mas cerca que han estado de la pólvora es cuando presencian los juegos artificiales de las celebraciones de la nueva historiografía patria. Una dialéctica, que como siempre, ha servido para justificar todo y para construir nada.

Tarde o temprano todos los que se atreven a pensar distinto son etiquetados. O ignorados, en una especie de mafiosa ley del silencio. La dicotomía perversa se mantiene en nuestro tiempo. Nos guste o no, la tendencia a comprometer, a clasificar o a etiquetar se mantiene. Se discute el formato de lo que se dice y no el fondo de los planteamientos. Es una agotadores e infructuosa pérdida de tiempo tratar de ubicar el adjetivo que aplica. Y mientras, el viejo y el no tan nuevo status se mantienen con ínfulas de perpetuidad

sábado, 28 de junio de 2008

El discurso inútil

Las discusiones sobre la complejidad y el pensamiento único adolece de una grave marca o estigma: su vacío de consecuencias. El carácter de tertulia entre adversarios ideológicos no termina de romper el celofán de la profunda crisis de humanidad que lleva más de quinientos años. Que si es la Modernidad o no, notifica que es innecesario caer en el torneo logorreico que ha llenado de libros los anaqueles de la mayoría de las bibliotecas del mundo. La reflexión necesaria y aportadora de nuevas ideas no llenan la barriga de los hambrientos, no curan alas victimas de las endemias, no evitan la destrucción suicida del planeta, no previenen las guerras de “baja” o de “alta” intensidad, no defenestran gobiernos ni eliminan injusticias. Hay un sistema que se ha mantenido, execrable, con resultados en riqueza, consumo, muerte, injusticias, colonialismo, etc. Pero aun sigue vivo. Y lo grave de todo es que no se asoma nada mejor después de los ensayos fracasados del socialismo real. No es momento de anacronismos, de rescate de doctrinas fracasadas, de ideologías totalitarias y castrantes. Si dotar al hombre de un plan de acción y pensamiento liberador se llama ideología, habrá que crearla, buscando salidas que curen, que solucionen y que den sentido al accionar del hombre como especie… biológicamente…filosóficamente.

No hay nada más aberrante que convertirse en la conciencia moral o intelectual de un país. Esa pareciera ser la búsqueda de los propiciadores de debates inútiles. No es que se intente rescatar otro fósil tal como el utilitarismo. Se trata más bien de percatarnos del hecho que mientras se habla de los proyectos de construcción de mundos distintos, se nos está cayendo a pedazos el único que poseemos y con el cual aún contamos.

jueves, 28 de febrero de 2008

LA DESNUDEZ IDEOLOGICA

La presencia de la finitud, la conciencia del término y del vacío preparan nuestro ser a dilucidar el secreto de la existencia. No es intuición intelectual, tal como la conciben Hegel o Schopenhauer; tampoco es la razón deificada de un positivismo extremo. Ni se trata aun del éxtasis místico de los santones. Es el acercamiento a la evidencia de la futilidad, la nada del poder, la inutilidad de la gloria. Es el estar ante el proceso de aprehensión final, de una oscuridad inmediata, que solo la vida y la cercana muerte pueden mostrar. Vivimos bajo la cobija de las creencias, pero en el acto de desarroparse de estas, cuando la honestidad, al estar solos, nos obliga a enfrentar las preguntas terminales, en esa infinita soledad de uno, del yo único y sin muletas religiosas, políticas ni científicas; es cuando vislumbramos lo que realmente somos.

La fe endilga esperanzas a una convicción cerril. No hay discusión posible ante la presunción del contacto con el infinito, con la Divinidad. No anclamos ninguna discusión en la convicción de la fe. Es una búsqueda que no puede ser contrariada. Solo asumida. Se puede cuestionar incluso la viabilidad de los argumentos, aislándolos como producto de la soberbia “razón”; tan virulentamente cuestionada en estos tiempos “postmodernos”. De nada sirven, se aduce, e incluso pueden ser tautológicos. Pero en el fondo, la duda se cierne siempre sobre el creyente. Individuo, colectivo. Términos dicotómicos que se convierten en ídolos. Instrumentos para el subterfugio. Hasta la misma conciencia como atributo puede ser asociada a la “idolización”, al estilo de Bacon. El profundo debate obliga a una búsqueda que concilie el extremo pesimismo individualista, intimista, de un Schopenhauer con los disparatados paraísos colectivista de un Marx. No deja de ser paradójico que todavía nos movamos entre filósofos de siglos anteriores en una época de avanzada y despiadada tecnología.

Los complejos esquemas de abstracción que remiten a explicaciones donde leyes históricas, sociales o científicas dirigen y determinan el destino del hombre societal (neologismo dirigido al referente de hombre en comunión social) o individual, castran la potencialidad humana de ser dueños de su destino. Mas aun, estas abstracciones, al convertirse en dogmas, cercenan la vital, la necesaria libertad de conciencia, si es que esta es posible. La instrumentalización de las abstracciones teóricas son, en última instancia, los mecanismos ideológicos para el sometimiento, bien sea político, religioso o social. La “falsa conciencia”, la conciencia alienada o cualquiera sea el epíteto, presuponen un andamiaje ideológico que nada tiene de diferente a los calificativos que se usan contra las causas que se pretenden combatir. Ambas líneas se fundamentan en dogmas o en visiones de mundo, en filosofías parcializadas y sesgadas por enfoques cerrados. Es posible que aquí el pensamiento complejo de Morin nos ayude a entender. Sin embargo, la causación, la evidencia del dominio, de la servidumbre no la eliminan. En la mayoria de los casos solo la explican y en menor grado, tratan de “superarlas” con nuevos sistemas, nuevos modelos que solo cambian de nombre pero que sustantivamente mantienen la misma situación con distintos nombres y con otros actores.

sábado, 23 de febrero de 2008

RAZON DE FE

Antes de entrar en nuestro tema, imaginemos por un momento el siguiente dialogo
Pedro – ¡La filosofía no es mas que una habladera de tonterías¡
José – No se como puedes decir eso. No sabes lo que dices.
Pedro – ¿Cómo que no? Después de tres mil años ¿Qué han resuelto definitivamente los filósofos? ¿Sobre la vida, sobre la muerte, el Ser, el conocimiento?...!Nada¡ ¡Ahora resulta que después de ensayos y errores, por cierto, mas errores que ensayos, la realidad no existe, ¡se construye socialmente¡…Claro; hasta nuevo aviso. Esto no es mas que idealismo… pero refrito.
José - ¿Y que tienes tu contra el Idealismo?
Pedro – ¡Pues, nada¡ Ni tampoco contra el materialismo, ni contra ningún ismo. El asunto es que ninguno aporta seguridad de nada.
José - ¡Ah ya¡ Lo que quieres es seguridad.
Pedro – No chico, ¿Qué seguridad? Todas las explicaciones no explican nada. Todo al final se reduce a un acto de fe.
José - Eso no es cierto. Decía el profesor Burk que “La posición racional ante la totalidad del mundo…”
Pedro – ¿Cuál razón, cuál racionalidad? Si a la razón también la fusilaron. No te das cuenta que ya hasta hablan de una racionalidad dominante que debe ser superada, pero ¿y cómo? ¿Con irracionalidad, con cuentos, con nuevos relatos? Algunos sostienen que con una nueva Religión. Porque “lo trágico, lo existencial, y lo religioso, los tres niveles inaccesibles y misteriosos en los que se constituye lo humano y a los que Kant y Aristóteles apenas se asomaron… lo que Occidente vino a captar con Nietzche y Heidegguer: ¡que el Espíritu es radicalmente inaccesible para la razón¡” dicho esto por un atormentado filósofo de nuestro tiempo y lugar. Ahí esta el meollo del asunto. ¡Tanto nadar para morir en la orilla¡ Y lo más irónico, en la orilla de donde partieron los presocráticos.
José - Definitivamente, te has convertido en un nihilista.
Pedro – ¡No señor¡ No niego la posibilidad del conocimiento, es que todavía no me han mostrado ninguno firme. Pero debe existir alguna manera de acceder a él.
Definitivamente, has profesado un acto de fe.

Dejemos esta discusión que pudiera hacer delicias para un ejercicio dialéctico y entremos al efecto en un punto de reflexión relacionado. ¿Qué es el Espíritu? ¿Es el alma humana una entelequia; en el sentido aristotélico de ser “el principio de la actividad, o lo que da al cuerpo su fuerza viviente”? ¿O como Plotino, quien asegura que el alma no es inseparable del cuerpo? ¿O más aun, en el sentido actual para designar algo como “no existente"?.

El crear mundos o “realidades” intelectuales sin más asidero que el curso y el recurso de un pensamiento que se acerca a un misticismo radical puede ser muy estimulante y en última instancia, tranquilizador. Pero se corre el riesgo de crear sofismas. Es un camino, es una opción; y como opción y camino es válida para quien la asuma. De aquí en adelante, hay que dejar que cada quien escoja su camino, su opción. Cualquier intento de desautorizarlo queda entrampado en la “razón”, la “lógica” o cualquier otro argumento, que precisamente, se cuestiona al asumir estos senderos espirituales o espinosos. Iguales consideraciones merece la opción materialista.
En síntesis, si se presume la existencia del alma, del espíritu, y desde allí se construye un discurso abigarrado, la cuestión gravita en un acto de fe. Un fundamentalismo extremo que niega el acceso al conocimiento, mediante recursos instrumentales o meramente humanos, de algo que se considera inabordable, incognoscible; es también un acto de fe. Se niega la posibilidad de la razón mediante la absolutización de la irracionalidad. No es acaso la moral una argumentación sicótica de, en ultimo término, un animal inteligente abrumado por sus acciones y sus productos. No se trata de la defensa de una racionalidad cuestionada por innumerables y muy calificados pensadores. Tampoco de un ataque contra la religiosidad que cada quien asuma. Es en definitiva, la necesaria llamada de atención sobre el iluso y peligroso despropósito de asumir verdades o posiciones de intransigencia absoluta, olvidando que las mismas “razones” con las que se esgrimen y hasta por las que se llega a matar, son las mismas que pudiera tener, aunque de signo contrario, nuestro potencial o imaginario enemigo.

martes, 8 de enero de 2008

MI OPCIÓN ÉTICA

Según Gómez (2001) el libro “El ser y el tiempo” de Heidegger es el núcleo básico del siglo XX. Tal vez eso explicaría el porque este siglo fue una época fracturada y contradictoria, donde hubo el desarrollo tecnológico y científico más grande desde la prehistoria, pero también las guerras, los genocidios y las segregaciones mas infames de todos los tiempos. Sin conocer a fondo la obra del autor alemán, pero asumiendo su pública filiación nazi, es evidente que es un hombre de este siglo. No sé si su obra coincide con sus inclinaciones políticas, pero a juzgar por lo nefasto del régimen hitleriano, sería mejor que no, y de esta manera su aporte intelectual quedaría a salvo y se constituiría en la parte buena de la contradicción que caracterizó a la centuria señalada.

Este comentario viene a colación por la respuesta que el mencionado intelectual inicialmente citado le dio públicamente a un joven que se declara ateo y a la vez ético. Dentro de las argumentaciones que el insigne economista devenido en filósofo presenta está la siguiente: “Para ser ente ético es necesario trascender la lógica para acceder a la dimensión de lo absoluto, de lo incondicionado, de lo inefable, de lo que tiene que ver con este mundo, de lo que está mas allá de la razón. Que es precisamente la esfera de lo sagrado”. Mas adelante agrega: “Solo si accesas a la esfera de la trascendencia, de lo absoluto e incondicionado, si llegas al nivel del espíritu en el que se respeta a los demás porque uno decide respetarlos, independientemente de que ellos nos respeten y de todo lo que en este mundo pueda condicionarnos; cuando se llega a ese nivel; se es un ente ético”. De esto se desprende que la condición ética es casi una iluminación, aunque volitiva, dado que al acceder a la dimensión de lo absoluto, respetas a las personas porque quieres y no porque eso garantice la convivencia en sociedad. Esta especie de ética trascendental no parece que tenga nada que ver con lo sostenido por mi profesor y amigo Ibar Varas (2001) cuando afirma que “la ética es una creación humana, no proviene de los dioses, tampoco es una eclosión de algún cisma metafísico. La ética es una construcción en la pluralidad de los seres que anhelan la convivencia armoniosa en el compartir. Por ello, su mayor solidez es el consenso y la aceptación racional de que es posible la diversidad y el acuerdo”. Es posible que esta ultima definición , a juicio del doctor Gómez, esté a nivel de la lógica y no haya trascendido hacia esas alturas absolutas, pero debo confesar que la prefiero; y aquí voy a ser un tanto temperamental; la prefiero porque siempre he sido reacio a explicaciones que parecen mas a dogmas religiosos y verdades reveladas que el simple y pedestre anhelo de vivir en un mundo donde se me respete y en donde la libertad de elegir no se encuentre supeditada a la divinidad o a un absoluto (ya sea Iglesia, Estado, Partido o Ética trascendental).

REFERENCIAS.

Gómez, Emeterio. (El Nacional, mayo 6 de 2001). Los éticos ateos. Pg. 2-10.
Varas Ibar. (El Impulso, abril 8 de 2001). Una reflexión siempre actual. Pg. A-2.