jueves, 25 de septiembre de 2008

MÓVILES Y PRETEXTOS

Cualquier cambio que involucre la defenestración de un poder constituido corre el riesgo de la desfiguración de su esencia. . Su fracaso lo condenará a cualquier descalificación y en última instancia, lo destruirá. Ahí radica la utilización contraproducente de un discurso políticamente correcto para las masas y de una agenda oculta o clandestina, que es la verdadera intención de la sedición. Es la adecuación histórica del discurso lo que hace estéril la ideología. La ambivalencia, o mejor aun, la antinomia entre ambos se hace insostenible en el tiempo. Tal como lo afirmara Unamuno (1984) “los que creemos móviles de nuestra conducta no suelen ser sino pretextos”.

Esta aseveración no solo aplica a cambios sistémicos, sino que opera también hacia adentro de los procesos sociopolíticos. Las crisis financieras y sociales son explicadas por problemas de crédito, de mercado o de supuestas o reales conspiraciones de oposición, comportamientos desviados, etc. cuando lo que revela la procesión de desencantos es que las causas eficientes se encuentran en explicaciones más pedestres. La actual crisis que se abate sobre la economía global ha sido explicada mediante sesudos análisis macroeconómicos donde el abuso de los instrumentos hipotecarios, el apalancamiento exagerado y la ambición bancaria por especulaciones lucrativas han sido los más usados como argumentos de base. Sin obviar la participación de estos en el agravamiento de la crisis, el principal causante de los graves efectos que aquejan a la economía no ha sido mencionado. Permanece y pertenece en la ecuación antinómica, a la agenda oculta. No es más que la escalada en el inorgánico, aberrante e inmoral gasto militar. El armamentismo que se justificó durante los años de la guerra fría como necesario para enfrentar el “diabólico comunismo” tiene hoy el argumento que lleva aparejado la política de la supuesta lucha contra el terrorismo o la filosofía del “ataque preventivo” que se ha convertido en el discurso oficial de Occidente. La madre de todas las crisis del sistema financiero mundial no es ni por casualidad producto del azar cíclico del sistema, en la tradición de la explicación de la economía clásica. La constitución del estado policial y guerrerista es epitome de una nueva realidad cuyos principales derroteros no se han vislumbrado en toda su expresión, pero todo hace augurar que tendrá ribetes de una monumental tragedia.

Citas: Unamuno, Miguel (1984). "Sobre el sentimiento trágico de la vida". Editorial Orbis. Barcelona. España