¿VIRTUAL O REAL? O QUE ALGUIEN ME DESCONECTE
Algunos
físicos, cosmólogos y otros científicos no tienen problema hoy en día en
contemplar la posibilidad de que todos estemos viviendo dentro de una
simulación computarizada gigante, como en la famosa película de finales de los
años 90, The Matrix. Nos rebelamos por instinto ante esa idea,
por supuesto. Todo se siente demasiado real
como para ser una simulación. Pero
pienso por un momento en el extraordinario progreso que
ha habido en computación y tecnologías de la información en décadas recientes. Las
computadoras nos han dado juegos de increíble realismo, así como simuladores de
realidad virtual muy persuasivos. Es más que suficientemente para
ponerse paranoico.
Parece ser que hay pueblos con vocación suicida o programadores de
videojuegos tan trastornados que son capaces de crear una realidad virtual tan
profundamente enferma en donde: Un presidente cuyo venezolanidad de nacimiento
es dudosa. Una Asamblea Nacional mayoritariamente electa y permanentemente
ignorada y maniatada de manera irrita, por un TSJ a la orden del ejecutivo y
cuyos integrantes son los de menor rango académico y sapiencia jurídica desde
la instauración de la institución. Presos políticos olvidados, torturados y
enfermos sin ninguna acción política efectiva para su liberación, una economía
de postguerra perdida con los más bajos índices de productividad en más de 100
años. La inflación más grande del planeta, unas fuerzas armadas desplegadas
para amedrentar y crear zozobra en los ciudadanos comunes. La oposición
dividida en parcelas individuales cuadrando posiciones para unas irritas,
desconocidas y rechazadas elecciones presidenciales cuya realidad luce remota sujeta
a un árbitro electoral subalterno rastrero del poder político. Los mayores
niveles de hambre, miseria y desabastecimiento sólo comparables a las de la
época de la Guerra Federal durante el siglo XIX. La mayor crisis humanitaria
por carencia de medicinas en la historia de la nación, con enfermedades
reincidiendo cuando ya históricamente se consideraban erradicadas, donde niños
con cáncer han salido a protestar por la inexistencia de fármacos. La
recaudación e importación clandestina de comida y suministros médicos, por la
negativa del gobierno para aceptar su incapacidad manifiesta; o, en el peor de
los casos, una negligencia criminal para controlar mediante el hambre a una
sociedad famélica. La legalización de bandas armadas de choque para actuar
contra la población civil e indefensa, al estilo de las camisas pardas de
Fascismo italiano y de las camisas negras del Nazismo alemán. La negación y
sabotaje de las salidas constitucionales por parte del presidente, cuyo
calamitoso y limitado verbo, solo le permite emitir disparates y slogans
memorizados, recibido de sus titiriteros extranjeros. La infiltración de cuerpos
de seguridad por agentes externos en el área de defensa, salud, deporte y
seguridad interior, con la aquiescencia de los las autoridades nacionales. La
represión a sangre y fuego de cualquier tipo de protesta, y la inmediata
culpabilización de las víctimas y premiación a los esbirros masacradores,. El
mayor número de altos funcionarios encauzados en el exterior y sospechosos de
crímenes que van desde el narcotráfico hasta el blanqueo de dinero. Y son
muchas miserias y escandalosas razones que harían esta descripción interminablemente
terrorífica. ¿Cómo es posible que haya
personas, en el mundo real que crean y defiendan esta bochornosa y criminal
pseudo-revolución trágico bufa? Hay momentos donde creo que voy a despertar y
verificar que estoy conectado a The Matrix
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